Cuando todo se desarma, algo nuevo comienza
A veces nos desilusionamos.
Las cosas no eran como esperábamos.
Aquel, aquella… tampoco.
Y sí, da un poco de tristeza.
Sentir que el piso que creíamos firme era solo un reflejo, una ilusión temporal.
Y en ese instante: caos.
Interno. Silencioso. Doloroso.
Se tambalean ideas, conceptos, proyecciones.
Y sin darnos cuenta, entramos en esa etapa donde toca revisar,
donde el desconcierto se sienta en primera fila y nos observa sin juicio,
mientras intentamos mantenernos enteros.
Pero aun en la penumbra…
algo adentro empieza a recuperar el sentido.
Porque somos más de lo que creemos.
Mucho más.
Somos seres de luz, completos, poderosos.
A veces atrapados en las formas que nos impusimos.
A veces olvidando que podemos elegir diferente.
Hoy quiero decirte esto, y decírmelo también:
Quiero ser libre. Y amar.
Quiero que seas libre. Y ames.
Quiero aprender.
Quiero creer.
Y aunque duela, es un ciclo.
Y como todo ciclo… vuelve a fluir.
Sostiene. Abraza. Enseña.
Siempre hay un ángel que te acompaña en las noches oscuras del alma.
Ahí donde sos vulnerable.
Ahí donde no sabés cómo seguir.
Ahí están los guardianes de Dios,
custodiando tu alma
mientras recordás quién sos.
Gracias por leer.
Gracias por sentir.
Con amor,
Mariela
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